Sebastián Sosa es CEO de una importante cadena de inmobiliarias de Argentina y Uruguay, y analiza el presente del mercado inmobiliario de cara a los últimos cambios económicos y la corrida cambiaria experimentada por nuestro país en los últimos tiempos.
Sosa afirma que los dos últimos años desde la salida del cepo cambiario han sido muy positivos para la actividad inmobiliaria, pero reconoce que hace aproximadamente unos 60 días se evidencia una merma en lo que a créditos hipotecarios se refiere, y por consiguiente, un estancamiento de la actividad del sector.
En efecto, se presenta un desfasaje, ya que los bancos otorgan los préstamos en pesos, pero los propietarios valúan sus propiedades en dólares, y ante la escalada de la moneda norteamericana, se hace muy difícil para quienes tenían sus carpetas aprobadas, proseguir con la negociación, derivando muchas veces en un abandono del crédito.
Sosa considera que ante este panorama, aquellos propietarios que han aumentado los precios de sus propiedades tendrán que acceder un reacomodamiento de los mismos. Sin lugar a dudas la demanda se estancó, “los teléfonos no suenan”, con lo cual los propietarios tendrán que rever sus precios para poder hacer más factibles las negociaciones. Sosa explica que en esto consiste principalmente el trabajo de un intermediario, un asesor, como lo es el corredor inmobiliario, donde muchas veces se le debe decir al cliente lo que éste no está dispuesto a escuchar, pero sin lugar a dudas es imperioso hacerlo, máxime en un escenario económico como el que está atravesando nuestro país.
Sosa admite que la experiencia tal cual ocurre en Capital Federal y Gran Buenos Aires no siempre se replica de la misma manera en el interior del país, pero explica que luego de la salida del cepo cambiario, en Capital Federal se evidenciaba un 35% de participación de operaciones con préstamos hipotecarios en las operaciones inmobiliarias en general. Debido a la corrida cambiaria, ese índice bajó, aunque explica que estará en un 15% en la actualidad, con la esperanza que repunte, si bien no cree que vuelva a llegar al 35%.
Afirma Sosa que “El dólar impactó en las tasas, que se movieron, el dólar se disparó, con lo cual si alguien tenía plata ahorrada quizás ahora no puede acceder a exactamente lo mismo, la cuota queda un poco descalzada, es un conjunto de cosas. Creo que la reaparición del préstamo hipotecario fue algo positivo, que hace que la gente de un escalón un poco más abajo también pueda acceder a una casa. Porque en la Argentina, lo que venía ocurriendo es que comprar una propiedad es un negocio para muy pocas personas, o sea, accesible a un grupo muy pequeño de la población, y eso no está bueno. En otras partes del mundo lo que se ve es que la clase media, gran parte de la población, puede comprar. El acceso a su techo tiene que ser accesible para la gran mayoría”.
Para finalizar, Sosa explica que a través de los créditos hipotecarios se había logrado cambiar el perfil del comprador de una propiedad. Antes, el ladrillo era en su mayoría una inversión para poner a reguardo el valor de la moneda. Con el boom de los créditos Sosa considera que se había logrado que la clase media trabajadora pueda acceder a su viviendo, ingresando un nuevo actor en escena, que Sosa espera, en lo futuro siga protagonizando el mercado inmobiliario argentino.
