Muchos pequeños productores encuentran dificultoso acceder a frigoríficos tradicionales. Es por ello que las salas de faena móvil propuestas por SENASA mejoran las condiciones sanitarias para la faena de animales y facilitan la comercialización.
En lo que se refiere a pequeños productores, por tradición la faena de animales congregaba a toda la familia, en un acontecimiento único. Así, los integrantes de la familia compartían la elaboración de los alimentos, en todas las fases del proceso productivo, desde la cría del animal, su faena, hasta la cocción del mismo o producción de embutidos.
Sin lugar a dudas, los pequeños productores continúan siendo un valuarte indispensable en la cadena agroalimentaria argentina.
El problema más acuciante que enfrentan pequeños productores de especies tales como corderos, cabritos, cerdos o pollos es no encontrarse cercanos a mataderos debidamente habilitados, a los fines de poder faenar sus productos en condiciones de salubridad óptimas. A esto se suma la diversificación geográfica, es decir, las grandes distancias que deben atravesar los productores hasta un matadero habilitado.
Las salas de faena móviles aseguran condiciones higiénico-sanitarias, a la vez que brindan respuesta a las demandas de algunas regiones de nuestro país que se encuentran alejadas de los centros de distribución, y por ende, no poseen acceso adecuado a la proteína animal, y a un buen precio.
El sistema de salas de faena móviles promueve el desarrollo de pequeños productores, y, además, disminuye el estrés de los animales, al evitar el traslado del mismo en grandes distancias, dando como resultado productos de mejor calidad.
Las salas de faena móviles cuentan con cámaras de frío, posibilitando que los productores puedan acopiar e identificar a los animales con un sello. Los productores luego puede comercializar los productos de manera conjunta o en forma individual.
Los beneficiarios del sistema deben gestionar los permisos y las habilitaciones correspondientes para la cría y venta de animales y carnes, así como también, las habilitaciones municipales, provinciales y/o nacionales para la operación del sistema.
En cuanto a las características y requerimientos de las salas de faena móvil, SENASA establece procedimientos claros de limpieza general y desinfección que las mismas deben observar. Las salas de faena realizarán turnos de ocho horas de procesamiento como máximo, y no deben realizarse faenas de distintas especies sin mediar limpieza y desinfección.
Los módulos están divididos en tres áreas: zona sucia, intermedia y limpia, y en cada uno de ellos se debe garantizar que no haya contaminación. Los efluentes que no se utilizan se almacenan en tanques con capacidad calculada en función de la capacidad de faena autorizada, para luego ser tratados convenientemente.
Las carcasas, canales y las vísceras de los animales faenados son ingresados a una cámara frigorífica donde se las mantiene hasta el momento de la comercialización.
A ello se agrega una infraestructura fija compuesta por corrales de descanso, agua potable, suministro de energía eléctrica e instalaciones para disposición y tratamiento de efluentes.