Lo que hay que tener en cuenta antes de emprender tus vacaciones

FPR Direcciones Hidráulicas

Las vacaciones de verano se encuentran próximas, y comienzan los planes para viajar con la familia y descansar luego de un año ajetreado.

Para que la experiencia sea totalmente placentera, es recomendable revisar el automóvil, para evitar imprevistos o dolores de cabeza, y para que todos los ocupantes del vehículo viajen seguros.

En primer lugar, lo primordial es realizar una visita al mecánico y que el mismo revise el vehículo previo a la fecha estimada del viaje. Este chequeo obligatorio es vital para cerciorarnos que los frenos, la suspensión, la dirección, entre otros, funcionan correctamente.

Un chequeo que podemos realizar nosotros mismos, sobre todo si el viaje es de muchos kilómetros, es constatar el nivel de aceite del motor. Esta es una comprobación que lleva pocos minutos, y puede evitar graves daños al motor, que se producirán ante la falta de aceite.

La verificación del nivel de aceite es sencilla.

Primero, antes de proceder a revisar el aceite, debe constatarse que el vehículo se encuentre frío y sobre un suelo llano, ya que si se encuentra sobre una pendiente arrojará un nivel erróneo de aceite.

De la misma manera, si el auto está caliente, también dará una lectura imprecisa, por lo cual se recomienda revisar el aceite antes de encender el motor.

En segundo lugar, la varilla del aceite debe encontrarse limpia. Así, luego de abrir el capó y extraer la varilla, debe limpiarse la misma (con un trapo o servilleta de papel) y luego volver a introducir la misma. Esperar unos segundos y volver a extraer la varilla. Ahora sí mostrará de manera correcta el nivel de aceite que el motor posee.

Para una correcta lectura, debe saberse que la varilla posee dos muecas en su extremo, una correspondiente al mínimo y otra al máximo. Si al extraer la varilla la marca se encuentra entre las dos muecas, el nivel de aceite es adecuado. Si faltara aceite, deberá agregarse, siempre respetando el tipo de aceite recomendado por el fabricante del automóvil, lo cual puede encontrarse en el manual del mismo.

Si el automóvil consume mucho aceite, se sugiere llevar una botella en el baúl, antes de emprender el viaje. Así, si se enciende la luz testigo del aceite en el panel, podrá completarse el faltante de aceite y continuar el viaje, siempre claro asegurándose de dejar enfriar el motor antes de abrir el capó.

Por último, pero no menos importante, es la revisión de los neumáticos. Los mismos son el nexo entre la ruta y el automóvil, con lo cual es de suma importancia que se encuentren en perfecto estado y con la presión adecuada.

Para saber cuándo un neumático está sano y presenta la profundidad adecuada en sus surcos, ésta no debe ser inferior a 1,6 mm, según establece la ley. Además, el neumático no debe presentar surcos ni encontrarse gastado en forma irregular.

Antes de iniciar el viaje, y sobre todo si se trata de muchos kilómetros, es necesario medir la presión de los neumáticos.

Para tener una correcta medición, se sugiere tomar la presión de los neumáticos en frío y cargado. Es decir, lo ideal es no haber rodado mucho, para que los neumáticos no alcancen temperatura, y tomar la presión con todos los ocupante sobre el vehículo, así como también valijas y toda la carga que se pretenda llevar.