El mal estado de los neumáticos es una de los causas más importantes de siniestralidad, además de las distracciones al volante y la somnolencia.
En efecto, los neumáticos deben ser chequeados asiduamente, ya que son los que entran en contacto permanente con el asfalto.
Entre los factores que producen el deterioro de los neumáticos se encuentran:
Factores físicos: baches, obstáculos, objetos afilados y punzantes, cambios bruscos de velocidad al conducir.
Factores climatológicos: temperaturas extremas, lluvia, nieve, hielo, aceite, grasa, fuerte exposición al sol, agentes químicos, entre otros.
Hábitos de conducción: exceso de velocidad, arranques rápidos, frenadas bruscas, conducir por caminos en mal estado.
Descuidar el mantenimiento básico del coche: presión de aire de los neumáticos inadecuada, no verificar en forma periódica el desgaste o daños de los neumáticos, no equilibrar las llantas luego de instalarlas, uso de selladores de mala calidad, por mencionar algunos.
Para determinar si es necesario proceder al recambio de neumáticos, será necesario reparar en varias cuestiones:
Banda de rodadura y dibujo del neumático: la banda de rodadura del neumático tiene como función principal desviar el agua por debajo del neumático, a los efectos de mejorar la tracción y evitar el aquaplaning. Cuando la banda de rodadura del neumático se encuentra por debajo de 1,6 mm ya no es seguro, y el neumático deberá reemplazarse de forma inmediata.
Desgaste irregular de la banda de rodadura: si la banda de rodadura se encuentra desgastada en forma desigual, esto podría ser indicio de una desalineación de la rueda o una presión de inflado inadecuada.
Si el desgaste se produjera de manera más rápida de lo esperado, será conveniente que un taller mecánico revise la suspensión y haga las reparaciones pertinentes antes de proceder al cambio de neumáticos.
Si el desgaste del neumático se produjera en el borde exterior o interior del mismo, la causa puede ser la desalineación de las ruedas. En cambio, si el desgaste se produjera en la parte central del neumático, esto puede deberse a presión excesiva. Cuando el desgaste se produce en los bordes pero no en el centro, la presión es demasiado baja.
Protuberancias o burbujas en la pared lateral: la presencia de una protuberancia indica que el marco interno del neumático, la parte más rígida, se ha dañado y agrietado, permitiendo que la presión del aire alcance las capas externas más flexibles del neumático. Cuando un neumático posee un abultamiento en su pared lateral debe reemplazarse inmediatamente, independientemente del estado de la banda de rodadura.
Las protuberancias o burbujas pueden atribuirse a un bache profundo o circular con presión baja en los neumáticos.
Grietas y podredumbre: cuando se visibilizan pequeñas grietas en todos los neumáticos significa que el caucho se está quebrando.
Los neumáticos con podredumbre seca pueden echarse a perder y separarse del cordón de acero, lo que puede provocar daños en el exterior del automóvil.
Edad del neumático: después de seis años o más en uso, el neumático debe ser inspeccionado al menos una vez al año. Si éstos no han sido reemplazados diez años después de su fecha de fabricación, los fabricantes recomiendan reemplazarlos por otros nuevos como precaución. Incluso si parecen estar en condiciones utilizables y no se han desgastado hasta el mínimo legal de la banda de rodadura. Esto también se aplica a los de repuesto.