El sistema de dirección se encuentra conformado por una serie de elementos, entre los cuales la barra de dirección juega un papel fundamental.
El sistema de dirección es el encargado de permitir al conductor que éste controle su trayectoria fácilmente, ya que transmite el movimiento desde el volante hasta las ruedas.
En términos más técnicos, es un conjunto de mecanismos que tiene como finalidad orientar las ruedas directrices, que en general son las delanteras, para que el conductor guíe el vehículo por el lugar que desea circular.
El sistema de dirección está conformado por una serie de elementos que trabajan de manera coordinada, entre los que se encuentran los siguientes:
Volante: se trata de un dispositivo de forma circular, a través del cual el conductor controla la trayectoria de las ruedas.
Barra de dirección: consiste en el elemento encargado de unir el volante a la caja de dirección. Con el pasar de tiempo, y tecnología mediante, la barra de dirección pasó de ser una simple barra de metal a estar compuesta por piezas de menor tamaño que reciben el movimiento del volante.
Caja de dirección: este componente recibe el movimiento desde la barra y los traslada a las ruedas, a través de los engranajes que la componen. La caja de dirección puede ser de bolas recirculantes o de cremallera, que es la más habitual.
Terminales de dirección: consisten en uniones, de tipo rótula, que transmiten el movimiento desde la caja de dirección hasta las ruedas directrices. Asimismo, absorben las irregularidades del terreno al circular.
Todos estos elementos funcionan de manera sincronizada, para que el automóvil circule de manera segura. Al detectarse una falla, ésta puede referirse al mal funcionamiento o rotura de uno de los elementos, o fallar el sistema de dirección en forma conjunta.
Cuando el sistema de dirección comienza a fallar, las características que presuponen que se trata de un vehículo confiable, como seguridad, suavidad y precisión, comienzan a ponerse en jaque.
Al detectarse una falla o mal funcionamiento del vehículo, el mismo debe ser revisado inmediatamente por un técnico mecánico, ya que la presencia de alguna falla en el sistema de dirección puede poner en riesgo serio a los ocupantes del automóvil y a terceros.
Algunos síntomas o indicadores que pueden estar marcando un mal funcionamiento del sistema de dirección son, entre otros:
– mala ejecución de un movimiento indicado por el conductor, ya que las ruedas directrices no la ejecutan con la precisión debida,
– manejo del sistema poco cómodo o liviano. Si deben realizarse movimientos bruscos o forzados, puede ser indicador de que el sistema se encuentra en fallo,
– si al girar las ruedas, éstas no completan el recorrido o lo hacen de manera exagerada,
– si se escuchan ruidos o movimientos al querer accionar las ruedas.