Como sucede cada vez que se presentan movimientos cambiarios en relación al dólar, esto impacta en el mercado inmobiliario.
Por un lado, los especialistas prevén que el escaso acceso a la moneda norteamericana para ahorro haga caer la demanda respecto a los inmuebles, pero, sin embargo, podría presentarse como una oportunidad respecto a las obras desde el pozo, las cuales se financian en pesos.
Alejandro Bennazar, titular de la Cámara Inmobiliaria Argentina, expresa que “si el dólar se estabiliza en 20 o 30 días, el mercado debería volver a su cauce normal. Eso sí, las pocas operaciones que se concreten van a escuchar muchas más contraofertas.”
Por otra parte, corredores inmobiliarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires manifiestan que “el mercado esta golpeado y tiene condiciones que son absolutamente adversas en función de este dólar tan volátil y falta de planes claros, créditos e incentivos a la construcción.”
Otros referentes del mercado inmobiliario manifiestan que la falta de crédito y la incertidumbre respecto del dólar generan un clima poco propicio para la concreción de operaciones.
Por otro lado, puede transformarse en una oportunidad para aquellas personas que poseen un lote y desean construir, o realizar una ampliación en su casa, principalmente debido a la brecha que se generará entre el precio del dólar y la mano de obra, lo cual también se transformará en una ventaja para los constructores.
Por otra parte, estas medidas restrictivas también representan una oportunidad para quienes tienen pesos, ya que “siempre estas medidas restrictivas, generan falta de confianza en los sistemas económicos y eso hace que la gente se retraiga para hacer cualquier tipo operación. El lado positivo es que quienes tienen remanente de pesos y no pueden acceder al dólar ahora con esta nueva restricción, la construcción en pozo vuelve a ser una alternativa interesante. Con valores en dólares bajos, históricamente bajos, y con la posibilidad de aportar pesos en un bien que se va a dolarizar a futuro.”