El tiempo ha determinado una evolución y perfeccionamiento de los instrumentos de medición, y es por ello que hoy en día pueden encontrarse varios tipos de dinamómetros en el mercado. A grandes rasgos, pueden mencionarse dos tipos de dinamómetros:
El dinamómetro es un instrumento de medición que se utiliza para medir y determinar la magnitud de una fuerza.
Dinamómetros mecánicos: éstos fueron los primeros en realizarse, y son los más utilizados dada la precisión con la que cuentan. Poseen la ventaja que no requieren corriente eléctrica para funcionar.
Dinamómetros digitales: la desventaja que presentan es que son más costosos que los dinamómetros mecánicos. Cuentan con el beneficio que muestran los resultados a través de números precisos, y son más sofisticados.
En cuanto a su funcionamiento, estos instrumentos de medición funcionan gracias a la elasticidad de un resorte. El dinamómetro dispone de dos ganchos, cada uno en cada esquina. Uno de estos ganchos esta enganchado a un cilindro que a su vez esta colgando de un resorte. Este cilindro contiene una escala marcada. Al colgar un objeto del gancho, el resorte va a comenzar a alargarse y el cilindro a descender marcando con la escala la fuerza realizada por el objeto. También es muy común que la fuerza se muestre con una aguja en la parte superior del instrumento.
Un dinamómetro dispone de varias partes:
- Un muelle que contiene la escala
- Un cilindro que cubre el muelle y esta unido al resorte
- Un resorte que permite desplazar el cilindro al aplicarle una fuerza
- Un gancho para poder colgar el objeto a pesar
- Un cilindro exterior que recubre el resorte y cilindro interior.
La principal diferencia entre una balanza y un dinamómetro es que, mientras el dinamómetro mide fuerzas, la balanza mide masa.
En efecto, el dinamómetro marca la fuerza con la que el cuerpo es atraído hacia la tierra, mientras que la balanza mide la cantidad de materia que tiene el cuerpo.