Cuidados a tener en cuenta en la dirección hidráulica
La dirección hidráulica constituye un componente indispensable de los automóviles hoy en día.
El sistema de funcionamiento de una dirección hidráulica es sencillo, ejecutándose a través del fluido hidráulico a presión por la bomba hidráulica, la cual empuja la cremallera, contribuyendo así a que el conductor del vehículo produzca el movimiento del volante.
Si bien el sistema de dirección hidráulica requiere de muy poco mantenimiento, constituyendo un sistema confiable, es precisa la atención de un mecánico ante determinados síntomas o problemas que pudieran aparecer.
En primer lugar, el conductor siempre debe estar atento al nivel del fluido hidráulico, el cual no debe caer nunca, por lo cual si se constatara que dicho nivel ha diminuido, se está ante la presencia de una fuga, y deberá ser reparada. Generalmente, las fugas se deben a componentes del sellado y conexión gastados.
Además, la dirección hidráulica es un sistema silencioso; por ello si se percibieran ruidos, se está ante un fallo del sistema.
Los ruidos pueden ser variados, siendo los más comunes las sibilancias agudas, que se atribuyen a cinturones sueltos o su vida útil comprometida, o ruido en la bomba hidráulica, generado por presencia de aire en el sistema. En este último caso, el sistema deberá purgarse y completar nuevamente el nivel de fluido.
Cuando la dirección hidráulica deja de funcionar, el sistema del automóvil se vuelve esencialmente mecánico, siendo el esfuerzo que debe realizar el conductor mayor. La causa más común de este problema es que la bomba dejó de funcionar totalmente, con lo que se deberá proceder a cambiar la bomba.
Por último, los neumáticos con menos presión de la indicada también pueden dañar el sistema de dirección, al producir tensión en el mismo. También, ruedas desalineadas pueden causar vibraciones en el volante, conocido como shimmy, por ello se recomienda realizar periódicamente alineación y balanceo de las ruedas.