Sin lugar a dudas un óptimo funcionamiento del sistema de frenado es vital, ya que esto está relacionado ni más ni menos con la seguridad de los integrantes del vehículo y de terceros.
Comenzaremos, en primer lugar, otorgando las definiciones de los discos y pastillas de freno, para luego explicar cuándo es el momento de realizar el cambio de los mismos.
Empezando por los discos de freno, debemos decir que los mismos consisten en discos de hierro, o de carbono si son de alto rendimiento, que se sujetan a la suspensión del automóvil y quedan abrazados por una pinza de freno que en su interior alojan a las pastillas de freno. Es la fricción entre los discos y las pastillas de freno lo que provoca la detención del vehículo.
Debe decirse que el disco de freno posee numerosas ventajas sobre el tambor, ya que disipa el calor con mayor rapidez, proporcionando un frenado fuerte y constante.
Por su parte, las pastillas de freno son aquellas que se ubican dentro de las pinzas. Si las pastillas no funcionan de modo adecuado, otros elementos del automóvil, como los discos o las pinzas comenzarán a degradarse.
Cada vez que una persona acciona el freno de su automóvil causa mínimas cantidades de desgaste sobre las pastillas de freno. Las pastillas pueden ser cerámicas, orgánicas y metálicas, y cada vez que se presiona el pedal de freno pequeñas partículas del recubrimiento que las protege se desgastan.Lo mismo sucede con los discos, los cuales pueden presentar microfisuras, rayaduras u ondulaciones de modo irregular.
Debe decirse que no hay un tiempo determinado para realizar el cambio de discos y de las pastillas de freno, ya que esto dependerá del tipo de vehículo, cómo es conducido el mismo y con qué frecuencia. Pero lo cierto es que con el tiempo el deterioro de las piezas comienza a acumularse y las pastillas se volverán cada vez más finas, y esto definirá el cambio inexorable de las mismas.
Lo recomendable es controlar el desgaste de las pastillas y efectuar el cambio a partir de los 25.000 km, si bien pueden durar hasta los 80.000 km dependiendo del uso del vehículo, tal como se explicó anteriomente.