Por primera vez se ha realizado un estudio en base a encuestas a niños de entre 5 y 8 años de edad, para saber exactamente cómo sería la habitación soñada por ellos.
Los niños seleccionados para la realización del estudio fueron alrededor de 90, y las respuestas brindadas por ellos demuestran que los niños, al contrario que sus padres, anteponen ante todos sus gustos, sueños y deseos.
Las ideas plasmadas por los niños fueron de lo más disparatadas y originales, y abren un gran campo a la imaginación para el diseño de muebles infantiles, imaginación que en la vida adulta a veces es muy difícil de desplegar.
Algunas de las respuestas brindadas por los más pequeños van desde vestuarios y canchas de fútbol hasta camas con castillo, estrellas que brillen en el cielo, un dormitorio de piratas, un dinosaurio mueble, un pasadizo secreto en la habitación para ir al baño sin que nadie se entere, una cama con escalera y un agujero para poder tirarse de arriba hacia abajo, un armario con forma de casa o un sofá con forma de pelota de fútbol.
Los cuestionarios realizados al público infantil seleccionado se basaban, en primer lugar, en preguntas relacionadas con sus gustos, como por ejemplo, películas favoritas, colores preferidos y animales de su predilección. Luego, se les indagaba acerca de cómo les gustaría que fuera su habitación, muebles, ropa de cama, placards, alfombras, escritorios, pufs, etc.
Otra técnica utilizada para conocer más a fondo acerca de cuál sería la habitación de sus sueños, fue la del dibujo. Así, se los invitó a los niños a dibujar cómo se vería su habitación soñada, propuesta a la que se sumó la inmensa mayoría de los pequeños.
Las entrevistas realizadas por estos expertos tienen como finalidad conocer de primera mano la opinión de quienes son los destinatarios, los usuarios de los muebles infantiles. Saber qué les gusta, qué les molesta, que les gustaría tener en su habitación se torna imprescindible para poder realizar muebles de calidad, funcionales y dinámicos, pero por sobre todo que sean del agrado y gusto de los niños.
En cuanto a los colores elegidos, los niños optaron por una variedad de colores casi imposible de combinar en algunos casos. Es por ello que, guiados por algunos de los colores sugeridos por los pequeños, se dejó la elección de los tonos a los padres.
Nada supera la imaginación y los sueños de los niños. Seguir esa inspiración seguramente dotará de magia e innovación al mobiliario infantil del futuro.