Cómo pintar tus chapas galvanizadas de manera sencilla
Si bien lo más usual es comprar chapas prepintadas al realizar un techo, también cabe la posibilidad de adquirir chapas galvanizadas en oferta y pintarlas uno mismo.
Si se decide por esta última opción, debe saberse que para que la adherencia de la pintura a la chapa sea óptima y perdure en el tiempo, deberá prepararse cuidadosamente la superficie.
Es importante saber que si se adquiere una chapa que no se encuentra prepintada, el fabricante le aplica a la chapa una capa de pasivación, a los efectos de garantizar la durabilidad del producto en la etapa de almacenamiento y transporte.
La capa de pasivación protege al zinc de los efectos de la humedad, y evita, o al menos disminuye, la posibilidad de manchas blancas sobre el zinc. Dado que el zinc que reviste al acero se encarga de proteger a este último, el primer metal en ser afectado por la corrosión es el zinc, y la capa de pasivación que se agrega a los productos galvanizados protege por tanto al zinc de presentar esas manchas blanquecinas.
La característica principal de la capa de pasivación es que arroja como resultado una mala adherencia de cualquier producto que se aplique sobre ella. Es por ello que si se pinta directamente sobre dicha capa, el resultado será malo, y la pintura se desprenderá pronto.
Por todo lo dicho, para que dicha capa de pasivación no termine resultando adversa al trabajo, el primer paso previo al pintado será remover dicha capa. Ahora bien, si ya han pasado más de 180 días desde que se adquirieron las chapas, no será necesario realizar ningún procedimiento, ya que dicha capa de pasivación no estará más presente, y, por tanto, las chapas expuestas.
Asimismo, deberá constatarse que la chapa no presente signos de oxidación, lo cual se visibilizará inmediatamente con el color rojo que adquiere el acero una vez que el zinc cede paso a la acción de los agentes corrosivos.
Dicho lo cual, a continuación se explicará el paso a paso a los efectos de quitar la capa de pasivación con el objeto de obtener una mejor adherencia para la pintura.
En primer lugar, se deberá adquirir un ácido específico para su aplicación sobre el zinc. Se sugiere la utilización de ácido fosfórico o vinagre de alcohol, pero ante la duda consulte en la droguería, quienes les indicarán las opciones para tratar el zinc.
Una vez seleccionado el producto a aplicar, deberá esparcirse sobre la chapa con la ayuda de un pincel.
El resultado esperado es obtener un oscurecimiento de la chapa. Si esto no sucediera, puede deberse a que la capa de pasivación está evitando la acción del ácido. En este caso, deberá ayudarse con alguna esponja abrasiva liviana, como lo son las esponjas de cocina en su parte verde.
No se busca eliminar la capa protectora del galvanizado, sino hacerla más apta para su pintado. De todas maneras, debe tenerse en cuenta que este tipo de tratamientos debilita la protección del galvanizado, pasando a ser fundamental la resistencia que la capa de pintura pueda ofrecer para la chapa.