Descubrí cuáles son los mejores aislantes térmicos para paredes
En construcciones modernas está aceptado, y es corriente, dotar a toda la estructura de la mayor aislación térmica posible, ya que ello redundará en un mayor ahorro energético, lo cual se traduce en sustentabilidad y cuidado del medio ambiente.
Pero en construcciones con una antigüedad superior a los 20 años la pérdida de calor y deficiencia energética es muy común. Es por ello que se hace necesario dotar a dichas viviendas de herramientas que les permitan evitar la pérdida de calor.
Muchas de dichas reformas son realizadas en paredes desde el interior de la vivienda, lo cual no demanda grandes obras. Pero otros trabajos de aislación exigen una mayor erogación económica. A continuación, explicaremos cuáles son estas obras, y cuáles son la ventajas que representan.
La primer ventaja que trae aparejada una obra de aislación en una casa es el ahorro energético que se logra, lo cual podría decirse que más que un gasto se tratará de una inversión. Tanto el consumo de calefacción en los meses más fríos como el gasto por el uso de aire acondicionado en verano se verán considerablemente reducidos.
Esto es así ya que el aislamiento realizado logra que el calor de la vivienda permanezca dentro de ella en invierno, evitando que el sistema de calefacción, sea éste a gas o eléctrico, trabaje más de la cuenta. En verano, en cambio, sucede lo contrario, es decir, el sistema de aislamiento mantiene el calor fuera de la casa, logrando que la misma se mantenga fresca. Aproximadamente, se reduce en un 50% el uso de sistemas de climatización cuando se cuenta con una buena aislación térmica, aunque esto dependerá de diversos factores, como por ejemplo, qué tipo de techo posee la casa, las aberturas con las que cuenta, entre otros.
Tal como se precisó anteriormente, cuando se trata de trabajos de aislación de las paredes desde el interior, la obra es rápida, sin que sea necesario que los habitantes de la vivienda se retiren de la misma.
Para la colocación de otros materiales aislantes térmicos, algunas empresas o instaladores realizan un estudio previo de la casa, para verificar qué tipo de material será el que mejor se adaptará a las necesidades de la vivienda, según las cámaras de aire que posee, y por dónde es que la misma está perdiendo la eficiencia energética.
Algunos de los métodos de aislamiento térmico en paredes son los siguientes:
Fibra de madera: se trata de un material natural y sostenible que cuenta con excelentes prestaciones térmicas y acústicas y logra innecesarias pérdidas de calor.
Tabiquería: consiste en aislar desde el interior las paredes, mediante la fijación de paneles de lana mineral o lana de vidrio, como así también fibra de madera. De esta manera, se logra dotar a la pared desde su interior de capas que la recubren y aislan de las inclemencias del exterior.
Instalación de paneles aislantes: se trata de paneles que son fijados a la pared, para ser luego revestidos con placas de yeso, o algún otro tipo de revestimiento. Los materiales pueden ser de tipo sintético: paneles de poliestireno expandido, pladur, o de tipo ecológico como el corcho. Lanas minerales o de vidrio también son otras soluciones.
Inyección de aislante: en este caso, se estudia el estado de las cámaras de aire de la fachada y se recurre a una inyección de aislante que rellene esos huecos que se crean en la fachada y por los que se escapa el calor/frío. Los técnicos especialistas inyectan el material elegido en el interior de la cámara de aire de las paredes. Para ello, se taladra la pared y se realizan una serie de orificios separados cada 50 cm para poder insertar la pistola de inyección e ir rellenando la fachada desde el interior de la vivienda.
Los materiales aislantes que más se suelen utilizar en este tipo de actuaciones son espumas de poliuretano, de poliestireno extruido, el corcho triturado o la celulosa.