Ropa de hombre para mujeres, la nueva tendencia
No debe haber nada más reconfortante que regresar a casa luego de un largo día de trabajo, quitarse la ropa que hemos usado todo el día, y ponerse cómoda. Si, pantalones anchos, remeras anchas, quitarse el corpiño. Relajarse por completo, usando ropa confortable y ancha.
Esta necesidad de vestirse bien y estar cómodos, ha llevado a muchas marcas a cumplir con los requerimientos del público, y en este sentido, diseñar ropa unisex, o ropa “más masculina” para mujeres.
Y es que antes que las marcas pudieran tomar ese pedido y plasmarlo en sus prendas, era usual ver mujeres que se pasaban al sector de hombres en busca de ropa que, sea por el corte, sea porque son más holgadas, sea por las estampas o los diseños, cautivaban la mirada del público femenino en desmedro de la ropa típicamente femenina.
Sin lugar a dudas, esta tendencia o necesidad está relacionada con una mayor amplitud cultural, y el reconocimiento de las identidades LGTBI, que interpelan a las grandes marcas a ofrecer opciones que cumplan y se adecúen a las distintas identidades autopercibidas.
Históricamente, se puede decir, la ropa femenina o era cómoda, o era elegante y sexy, pero nunca o casi nunca ambas a la vez. Basta mencionar distintas situaciones por las que pasan las mujeres, y podremos graficar dicha máxima. En primer lugar, la ropa para mujeres que se exhibe en los negocios es cuasi diminuta, pensada para mujeres delgadas, un prototipo de mujer que la televisión y los preconceptos machistas han elaborado. Si bien la ley de talles se encuentra vigente en nuestro país, la mayoría de las marcas no cumplen con la legislación. En segundo lugar, la necesidad de estar elegante lleva a que, al usar tacos, los mismos sean incómodos y lastimen, llevando a utilizar curitas, o siliconas que se precisan para usar un vestido que no admite corpiño, o recurrir a un alfiler de gancho cuando el tajo es muy pronunciado, o se rompió un cierre.
Por todos los motivos mencionados anteriormente, y por un revival de los años 90 que se está viviendo, es que es usual ver en las vidrieras remeras anchas para anudar, pantalones anchos, camperas bomber, zapatillas. Estilos casuales y genderless, esto es, ropa que no se identifica ni se encasilla en un género en particular, sino que es apta para todo el espectro de identidades.
Toda esta nueva tendencia ha provocado que marcas como Gucci, Nike, Galliano, Dior, y en Argentina Bensimon, se inclinen por el estilo genderless.
La lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y la inclusión y visibilización de las distintas identidades LGTBI ha arribado al mundo de la moda, y sin lugar a dudas llegó para quedarse, en un mundo que requiere mayor tolerancia, respeto e igualdad.