Color y diseño, las dos caras de la moneda
Todo a nuestro alrededor es color y definen un momento, un lugar, y por qué no, nuestra vida. Es por ello que pensar en que existe una psicología del color, que se aplica a nuestro ámbito cotidiano, no es difícil. En sí, estamos hablando de una teoría moderna que está dirigida a analizar el efecto del color en la conducta humana, por lo que nos sería útil destinar estos conceptos en la re-decoración y el diseño de nuestro hogar y su interior.
El color depende de nuestra percepción, lo que involucraría al cerebro, la vista, y todos los mecanismos biológicos que responden al hemisferio de los sentimientos; y según el “Feng Shui” el cuerpo reacciona a vibraciones y los colores influyen en nuestro estado de ánimo, nos ayudan a expresarnos, a mostrar nuestra personalidad o algún rasgo que queremos visibilizar, y nos conectan con las energías que nos sanan interiormente. Lo novedoso aquí es la “subjetividad” y el quid de la cuestión está en que cuando escogemos un color ignoramos el recorrido que se encuentra detrás de él.
El color es identidad
El lenguaje arquitectónico tiene en el color a uno de sus principales componentes, y quedó demostrado en las diferentes posturas del siglo XX. Los movimientos vanguardistas influyeron con el uso de colores primario, gris y negro; el Modernismo presentó al Brutalismo, constituyendo la expresión viva de los materiales e instalaciones sin ocultamientos de los colores. Y por último, la Postmodernidad tuvo como protagonista a la fachada y el empleo de los recursos expresivos del Pop Art.
En simultáneo, en varios países europeos, el poder público ha tomado conciencia de la importancia del color en el paisaje urbano y han implementado normativas en cuanto a la determinación de una paleta a aplicarse en las construcciones. Por ejemplo, en Alemania estos reglamentos se impusieron con Bruno Taut en los ‘70, mientras que en Turín (Italia) la planificación de color data del año 1800, conocida posteriormente como “La ciudad amarilla”.
Inglaterra, es un caso aparte. No hubo planificación autorizada por parte del Estado, pero alguien debe haber pensado que ante tanto gris algo se debía destacar, por ello el color rojo tan característico de ciertos elementos urbanos.
A propósito, “Illusion Studio” publicó diversos estudios en España, a cargo de jóvenes profesionales, destinados tanto al espacio interior como al “postmodernismo de los colores”. Y como, justamente, la buena elección para ese espacio a reinventar es indispensable, te damos algunos tips, con la consideración de que las fotos ilustrativas pertenecen a “Kimobel”, uno de los grupos empresariales dedicado a la venta de muebles más grande en Francia.
Tanto los azules como los celestes fomentan la concentración y tienen efectos sedantes. Es por eso que se los emplea en habitaciones para descansar o relajarse. De este modo, queda desmentida la hipótesis de es el color “masculino” por excelencia.
Si sos de aquellas personas ecologistas y que lleva muy bien con tales principios, debe predominar en tu casa el color verde o amarillo. Expresan relajación, frescura y dinamismo… Y hablando de amarillos, a pesar de que el sentido común lo relacione con la ambición, es el color ideal para ambientes con poca luz porque aportan claridad e indican confianza y energía positiva (energía perfecta para los chinos). No por nada Van Gogh tenía por él una especial predilección, y lo demuestra su obra máxima “Los girasoles”.
La psicología del color purpura, violeta o lila, enuncia lujo, sabiduría y creatividad. Es un color asociado a lo espiritual y psíquico.
Su combinación con blanco es mortal, ya que hace ver a los espacios mucho más grandes y con una cercanía a la realeza.
El gris es un color popular desde hace algunas temporadas gracias a por los grandes diseñadores ingleses. Utilizarlo brinda una sensación de calma y estabilidad. Es atemporal y elegante. Y se lo usa mayormente en detalles junto a colores cálidos.
El marrón, el color clásico de los muebles, refleja simpleza. Así que no es un color para ostentar, excepto que quieras reflejar eso, lo natural y lo rústico.
El rojo expresa atracción, dinamismo y calidez pero con un tono de agresividad. Como también distinción y su objetivo principal es llamar la atención. Por lo que, si queremos hacer que algún espacio se vea apasionado, podemos incluir algo rojo o posicionar algún objeto de este color, ya que le daría elegancia. En sí, es recomendable su empleo en pequeñas áreas, detalles y complementos decorativos.
Al negro históricamente se lo consideró como el color de luto o del respeto, pero actualmente tiene una connotación muy moderna basada en el minimalismo. Lo que tiñe a la decoración, emplearlo es una apuesta fuerte, por eso se dice que las personas que se atreven a usarlo son personas seguras de sí mismas. También es el color de la autoridad, poder, y el drama infinito. Por otro lado, si el espacio donde habitas es algo pequeño, aplicar color blanco es la elección apropiada para dar la sensación de espacio y profundidad. Se formula la limpieza, lo puro y lo bueno. Ambos, casi siempre, se los utiliza combinados.
En síntesis, hay que pensar la Psicología del color como un complemento del buen gusto en el cual nos podemos apoyar para mostrarnos tal cual somos.
Por Lorena Escobar. (@lorenarescobar)
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